Nota en Telam acerca de la presentación de la obra «Cuentos completos 1945 – 1987» de Humberto Constantini editada por Ediciones RyR.
Buenos Aires, 10 de septiembre (Télam, por Jorge Boccanera).- La disyuntiva del hombre de todos los días que de pronto abre los ojos a una encrucijada de caminos y debe asumir un destino constituye el eje de los relatos de Humberto Costantini, reunidos en la antología «Cuentos Completos. 1945-1987», con casi medio centenar de relatos ya publicados más algunos textos inéditos.
Escritor exiliado largos años en México durante la última dictadura militar, Costantini nació en 1945 en la ciudad a la que tanto le cantó, Buenos Aires, y falleció en 1987 dejando una obra profusa -premiada internacionalmente y traducida a varios idiomas- que abarca además del cuento, la novela, la poesía y el teatro.
La voluminosa compilación que acaba de publicar Ediciones R y R, genera la reflexión del escritor Vicente Battista, quien señala a Télam que el estilo de Costantini asume un tono «esencialmente coloquial. El narrador parece estar hablándole al lector con una cadencia cercana a la poesía».
«Más allá de que escribió excelentes novelas, Costantini fue un gran cuentista. Conocía los secretos y las exigencias del género y con toda naturalidad y justicia se inscribe en la tradición de Quiroga, Borges, Arlt y Cortázar».
Entre sus libros de cuentos figuran «Un señor alto, rubio, de bigotes», «Bandeo» y «Hábleme de Funes», éste último fue llevado al cine en 1993 con el título de «Funes un gran amor», con dirección de Raúl de la Torre y las actuaciones de Graciela Borges, Pepe Soriano y Gian María Volonté.
Battista dice que este relato «ha quedado para siempre en mi memoria; creo que ahí se concentra lo mejor de la escritura de Costantini. Esas voces que van construyendo el relato, trazando el perfil del personaje, es un puro ejemplo de alta literatura».
La periodista Lilián Garrido, autora de prólogos de libros de Costantini, explica que los cuentos del escritor abordan temas como la amistad, el amor, la solidaridad, el mundo del trabajo, la militancia y el exilio: «historias cotidianas de gente común que parecen mínimas, se trasluce en una proximidad con el prójimo, un universo donde nada de lo humano le es indiferente».
De los cuentos de Costantini dice preferir «`El cielo entre los durmientes` -un canto a la amistad que asocio con alguna escena del cine de Leonardo Favio- y `Bandeo`, por la descripción de esas cinco cuadras de la avenida Corrientes, que el escritor bautizó `la jaula`».
Estos cuentos destilan una identidad porteña: «Nuestro modo de sentir y de comunicarnos caracteriza a su escritura -indica Battista-, aún en relatos que suceden en los primeros años del cristianismo. Hay un modo de respirar, que no precisa de palabras emblemáticas o de voces lunfardas para dar el tono porteño» Desde el primer libro, «De por aquí nomás» (1958), van a poblar sus historias -menciona Garrido- «oficinistas, buscavidas, toda gente común que lucha por vivir. Subrayo la palabra `lucha` porque sus personajes no se resignan, dan batalla. Como el Ovidio Barraza de `Un bombo que suena lejos`, que ni aun en su agonía y sabiendo que el carnaval se le escapa, deja de dirigir la murga».
Rescata Battista la generación de los 60 pródiga en un género – explica- «buscado por editores y lectores. Borges y Cortázar comenzaban a ser autores emblemáticos y sus primeros libros eran de cuentos.
Al respecto, Costantini dio textos formidables como `El cielo entre los durmientes`, el ejemplo de un cuento perfecto».
Sobre sus libros escritos en México entre 1976 y 1884, se ha dicho que relató como pocos desde la ficción la entretela de la existencia durante los años de plomo como el exilio y la represión.
De esa situación dan cuenta sus novelas «De dioses, hombrecitos y policías» y «La larga noche de Francisco Sanctus» y cuentos como: «En la noche», «Guardado» y «Cacería sangrienta o la daga de Pat Sullivan», con un tono que no excluye, en medio de lo dramático de la época, una fina ironía.
Garrido se explaya sobre los personajes y comenta que un hecho fortuito de pronto puede cambiar la vida de una persona. Da como ejemplo «La larga noche de Francisco Sanctus», en la que el protagonista -un hombre de clase media- recibe en 1977 el llamado de una ex compañera de la facultad que cambia su vida».
La reedición de la obra de Costantini es para Garrido «un acto de justicia y también una necesidad. Hay que reinstalarlo y esta reedición dan al lector la posibilidad de tener un panorama de la producción de un gran cuentista». (Télam) jb-mc-jar 10/09/2010 15:21