Romina De Luca: «Los docentes nos hemos convertido en contenedores, asistentes sociales, sicólogos, niñeros, y el rol educativo se degrada cada vez más”
La joven docente e investigadora Romina De Luca visitó el Chaco, para dictar un curso de capacitación a docentes titulado “La educación Hoy”. Visitó la redacción de Diario Chaco y comentó su lectura de la realidad educativa de hoy. “Observamos es que la crisis educativa se profundiza y se sostiene la larga tendencia a la degradación educativa”, indicó De Luca.
El curso que dictó se desarrolló los días 4, 5 y 6 de mayo, en el SUM de la EES Nº 88 “Libertador General Simón Bolívar y en el SUM del Instituto San Fernando Rey. Acerca de los objetivos y los contenidos del mismo señaló “trabajamos en un marco temporal amplio, intentando pensar cómo se estructuró el sistema educativo, y bajo qué intereses y para quién estaba pensado. Miramos cuáles son las transformaciones que ese sistema empieza a sufrir a partir de la segunda mitad del siglo XX que nos llevan a la situación actual”. Agregó que “pusimos énfasis en entender los últimos doce años de política educativa, que se presentan a nivel discursivo como un momento de ruptura con la crisis del sistema. Lo que observamos es que la crisis educativa se profundiza y se sostiene la larga tendencia a la degradación educativa que viene afectando diferentes aspectos del sistema”.
Su trabajo parte de una mirada poco común “este problema de lo que nosotros llamamos la degradación aparece bastante solapado y bastante encubierto”. Se expresa en distintos aspectos “la administración, la provincialización del sistema, la fragmentación de la estructura y del currículum”. Las manifestaciones de esta situación pueden verse en primer lugar en el tema salarial del sector “advertimos el problema salarial, lo poco que alcanza nuestro salario. Tenemos que tener más de un cargo seguro para alcanzar una canasta total de alimentos. Como los docentes sufren ese proceso son conscientes de cómo se va degradando su poder adquisitivo”.
La escuela es “una máquina de titulación”
Sin embargo el fenómeno tiene mucha más aristas, que apuntan a una mirada más profunda y abarcativa del sistema educativo. El problema de la degradación “se expresa a nivel cualitativo, que hace que la escuela actual se haya convertido en una máquina de titulación”.
Su lectura es crítica de las “políticas de inclusión que se presentan con un ropaje muy progresista” pero terminan afectando a la educación. “La escuela se ha convertido en un espacio de contención pero no de educación”, remarcó De Luca. Se basa en que “uno de cada tres estudiantes no comprende lo que lee en todo el país. Si miramos la provincia del Chaco, tiene la mitad de sus alumnos con rendimientos bajos en matemática, en lengua”. Esto puede apreciarse en todos los niveles educativos “la escuela primaria constituye un camino cada vez más veloz que garantiza que los niños circulen por el circuito. Cuando llegan a la escuela secundaria y uno analiza una cohorte teórica, un 50% llega de 1ro a 5to, y de esa mitad egresa sólo el 75%”.
Los que quedan afuera del sistema son los hijos de los trabajadores. La educación de los pobres es cada vez más larga y de menor calidad. “Los jóvenes ingresan al secundario, a la escuela común, son expulsados de ella, están desescolarizados un par de años, pasan a la escuela de adultos, permanecen algunos años en la escuela de adultos. Luego eligen una opción de titulación porque el mandato del título secundario sigue operando como un elemento disciplinador de la fuerza de trabajo. Son ubicados en estos planes de terminalidad en donde hay un claro recorte curricular”. El proceso se extiende en el tiempo pero “se fragmenta y se degrada curricularmente”.
La explicación es muy profunda “lo que tenemos que preguntar es por qué la educación se degrada. Y la escuela se degrada porque las sociedad se degrada”. Es una tendencia “del capital que avanza descalificando al trabajador”, por lo tanto no necesita educarlo para que trabaje. O no le interesa como trabajador.
La tarea docente se transformó
El resultado del desarrollo del encuentro con los docentes fue positivo. “Nos permitió analizar un problema que no tenemos instalado en nuestras cabezas. En general, es común a nivel nacional pensar que el problema es el bajo salario, el bajo financiamiento o que el estado no está lo suficientemente presente o que la educación se privatice”. Agregaron otros matices al diagnóstico de la situación, como el rol docente en la actualidad. “Nos hemos convertido en contenedores, asistentes sociales, sicólogos, niñeros, y el rol educativo se degrada cada vez más”, describió la especialista. El docente expresa esto en un modo físico, corporal, “el malestar docente, las licencias siquiátricas por ejemplo, dan cuenta cómo vive en forma perversa la pérdida de sentido de su función, porque ya no le piden que eduque sino que haga pasar a los chicos”. Este problema es imperceptible, es invisible para los docentes y la comunidad en general, y es un avance haberlo tratado.
Cómo romper la tendencia
La lectura crítica de la realidad va más allá del diagnóstico y se propone operar para transformarla. En ese sentido, De Luca planteó “homogeneizar el sistema educativo y nacionalizarlo”. De allí se desprenden varias líneas: la condición laboral y salarial docente podría unificarse, porque la discusión sería con un solo patrón y como un solo gremio. A nivel curricular “si nosotros pensáramos un sistema educativo nacional con un currículum nacional, que se pensara desde Chaco a Tierra del Fuego, que definiera `nuestros pibes tienen que aprender esto´, sería un avance”. En cuanto al impacto en los educandos y a nivel social “hay determinadas herramientas de la cultura general que son necesarias que todos sepamos. Un currículum unificado nos permitiría empezar a poder superar la fractura que tiene la clase obrera”.
De Luca es doctora en Historia y se especializa en temas educativos, es la directora del grupo de Educación en el Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales, en Buenos Aires. Ha publicado varias obras, entre las que se destaca el libro “Brutos y baratos. Descentralización y privatización en la educación argentina (1955-2001)”.