Al filo del peligro. La crisis de los bonapartismos venezolano y brasileño. Nicolás Grimaldi en Brasil 247.

 

GrimaldiNicolás Grimaldi

Sociólogo, miembro del CEICS

América Latina transita actualmente la recta final de los gobiernos “progresistas” y bonapartistas. Gobiernos que se cierran por derecha, descargando el ajuste sobre la clase obrera. De allí que asistamos a una etapa signada por la conflictividad social, particularmente en Brasil y Venezuela.

En el caso de Brasil, el año comenzó con las huelgas de los trabajadores automotrices contra los despidos y las suspensiones, y continuó con miles de obreros saliendo a las calles para enfrentar los DNU 644 y 665, que golpeaban directamente las condiciones de trabajo, y contra el proyecto de ley 4330, que regulariza y extiende a tercerización. Como si fuera poco, Dilma enfrenta uno de los mayores casos de corrupción, el llamado “Petrolao” que implica el desvío de más de 3.700 millones de dólares de la empresa estatal Petrobras. Esto desató masivas marchas “contra la corrupción” y contramarchas “en defensa de la democracia”.

En Venezuela, la oposición aprovecha la brecha abierta entre la clase obrera y el chavismo. Maduro se prepara para una posible derrota en las elecciones legislativas, producto del deterioro de las condiciones de vida de los trabajadores, expresadas en la inflación y el desabastecimiento. En el país caribeño también se han producido marchas y contramarchas, aunque menos masivas que las del año pasado. El heredero de Chávez, por lo pronto, sancionó una ley para gobernar por decreto hasta fin de año y ha comenzado a apoyarse en las milicias frente la Fuerza Armada Nacional Bolivariana.

En ambos casos, la burguesía busca descargar la crisis mediante el ajuste, pero la clase obrera muestra disposición a la lucha. Su debilidad, sin embargo, se encuentra en su dirección. Es necesario que la izquierda revolucionaria se lance a la conquista política de los trabajadores. Tiene que intervenir de manera independiente, escapando al chantaje de la “defensa de la democracia” y de “hacerle el juego a la derecha”. Sólo de esa manera podrá disputar la dirección política de los trabajadores y ofrecer una verdadera salida a la crisis.

Link al artículo original

Los comentarios están cerrados