Cuatro millones de obreros no tienen vacaciones pagas
Desocupación, disminución de la calidad del empleo, aumento equivalente del trabajo en negro y de la precarización laboral, caída constante del salario real en los últimos 40 años, son los rasgos principales que configuran la situación del trabajo en la Argentina, según una investigación.
Como indicadores del progresivo deterioro que sufre el mercado laboral un informe del Centro de Estudios e Investigación en Ciencias Sociales (CEICS), señaló que desde 1950 a la fecha hay un crecimiento del empleo público y una baja del industrial, al tiempo que se produjo un afianzamiento de la precariedad en el trabajo privado registrado y un aumento del trabajo en negro.
En este sentido el informe destacó que hay más de 4 millones de personas que no disponen de vacaciones pagas, aportes jubilatorios ni otros derechos que rigen por convenio para cualquier trabajador en relación de dependencia.
Lejos de retroceder, el flagelo del trabajo no registrado se ha acentuado con el correr de los años ya que, según CEICS, tuvo una suba de 33,32% entre 1991 y 1999 mientras que entre los años 2003 y 2014, creció el 39,22%.
En tanto la desocupación, que hoy golpea con intensidad a miles de hogares argentinos, muestra cifras engañosas ya que según en el INDEC sería de tan solo el 5,9%, es decir, el porcentaje más bajo de los últimos 28 años.
«Este dato encubre a una masa gigantesca de población que se emplea en ocupaciones superfluas o que se encuentra sin trabajo y que no es registrada como tal por el organismo oficial de estadísticas», señaló el informe.
Para Ianina Harari, investigadora del CONICET y miembro del CEICS, «el aumento de los despidos no arrancó en diciembre. Si bien en el sector público se ha manifestado más que en el privado, ya había empezado a producirse con el gobierno anterior por la crisis económica».
«Según nuestros números, entre diciembre y abril en total hubo 95.234 cesantías, de las cuales 70.436 correspondieron al sector privado y 24.798 al público», precisó a este diario la especialista, que agregó que en la actividad privada los sectores más castigados fueron la construcción (77 % del total de los despidos), la metalúrgica (8%), especialmente la industria electrónica de Tierra del Fuego y la industria alimentaria (7%).
En tanto, los números de CEICS indican que en el sector público, el 41 % de los despidos se produjeron en la administración nacional, mientras que en el conjunto de las provincias fueron del 36 % y, entre ellas, el 23% se registró en la provincia de Buenos Aires.
Al explicar que la ola de despidos que se registran en la actualidad es la continuidad de un proceso iniciado años atrás con la crisis económica, Harari puso como ejemplo el caso de Cresta Roja y el parate en la obra pública, que afectó al gremio de la construcción.
«En este sentido Harari dijo que «es llamativo que las pocas propuestas que ha presentado el gobierno actual, como por ejemplo la promoción del empleo joven, van en consonancia con las políticas que implementó tanto el kirchnerismo como el menemismo, que consisten en el estímulo del empleo por la vía de la reducción de las cargas patronales».
La especialista recordó la llamada ley de «flexibilidad laboral» implementada durante el gobierno de Carlos Menem, que introdujo el período de prueba, las pasantías y otras formas de empleo calificado en aquellos tiempos como «empleo basura».
«El concepto fue reiterado durante el kirchnerismo con el esquema de reducciones preferenciales a las Pymes durante la crisis 2008/2009», acotó Harari.
Con respecto a la iniciativa que prohibe los despidos y que obtuvo media sanción en el Senado, la investigadora del CONICET señaló que «es llamativo que el proyecto no ampara a los que trabajan en negro y a los que están bajo la modalidad de contrato por tiempo determinado».