Kornblihtt : “La estatización es parte de lo mismo si no revierte el carácter fragmentado de la producción dirigido al mercado”
La estatización de empresas “presentada como una alternativa al capitalismo en realidad es parte de lo mismo si no revierte el carácter fragmentado en el cual la producción va dirigida al mercado y no a la organización social”, aseguró a AIM Juan Kornblihtt, quien dirige el grupo de Economía del Centro de Estudio e Investigación en Ciencias Sociales (Ceics).
Foto: Archivo.
El Estado entrerriano licitó las acciones que tenía de la Cooperativa Tambera Paraná (Cotapa) y en la Procesadora Ganadera Entrerriana Sapem (ex Frigorífico San José), ya que “lo que está en crisis cuando hay una crisis en una empresa estatal es un tipo de crisis de una forma particular del capitalismo que está en manos del Estado”, explicó a esta Agencia Kornblihtt.
Al respecto, detalló que “se observan empresas que siguen produciendo para el marcado que van a la quiebra porque ya eran ineficientes antes y por eso habían sido estatizadas, como por ejemplo cuando se estatizó Aerolíneas Argentinas se lo hizo porque estaba quebrada o cuando se hizo lo mismo con YPF es porque Repsol la estaba vaciando y estaba rumbo a la quiebra”.
En ese sentido, precisó que el Estado “no es lo contrario al capitalismo, sino que es parte del capitalismo (empresas estatales hay en muchos países de Europa y de América Latina y eso no los hace menos capitalistas), entonces, cuando se estatiza una empresa lo que hay que ver es que esa empresa no cambiará el hecho de que tenga que vender para el mercado y que tenga que supeditarse a las Leyes del mercado y del propio capitalismo”, por lo que la estatización“presentada como una alternativa al capitalismo en realidad es parte de lo mismo si no revierte el carácter fragmentado en el cual la producción va dirigida al mercado y no a la organización social”.
Cuando se plantea enfrentar los problemas que ocasiona el capitalismo “lo que se dice no es estatizar empresas y luego dejarlas liberadas al mercado, sino ir a un proceso por el cual se expropie a los capitalistas y se comience un proceso de planificación que aumente la productividad y la expansión de la riqueza sobre la base de un plan que elimine la ineficiencia que implica tener muchas empresas del mismo tipo compitiendo entre sí, unificándolas en un proceso de desarrollo que priorice las necesidades sociales”, aseguró, y remarcó que “no es un problema del Estado, sino a quién responde a esas empresas”, un ejemplo histórico es lo que pasó con la Sociedad Mixta Siderúrgica Argentina (Somisa) y la producción de acero porque enviaba acero barato para subsidiar la producción automotriz, es decir, “vaciaba la industria siderúrgica para subsidiar a la industria automotriz en favor de los intereses capitalistas”
“Cuando se plantea un enfrentamiento a los capitales no se trata de estatizar una o dos empresas, porque esas empresas seguirán estando supeditadas a las Leyes del mercado, de lo que se trata es de organizar la producción de forma centralizada”. En ese marco, señaló que un ejemplo es la industria automotriz, ya que en Argentina hay once plantas que producen lo que hace una en Japón y lo mismo en Brasil, “por lo que se tendría que proyectar una planta entre Argentina y Brasil que tenga la escala óptima para el mercado mundial “donde se reduzca la jornada laboral y se optimice el uso de la fuerza de trabajo”.
Precisamente, comentó que la mayoría de las empresas en el país funcionan porque dependen de la protección (estatal) o del subsidio, es decir, “la fuente de esa protección o subsidios, además de los bajos salarios, en parte provino de la renta de la tierra a partir de las ganancias extraordinarias que surgieron del sector agrario, pero ahora están en crisis porque el modelo entró una vez más en crisis, ya que no hay un programa de industrialización que pueda competir en el mercado mundial.