Fabián Harari sobre los movimientos migratorios, en Revista Veintitrés, 3/10/2013
Si bien la inmigración de españoles a la Argentina es una constante en la historia e incluso hay un proceso constitutivo que data del período colonial, se destacan tres ciclos importantes.
El primer éxodo con un impacto fuerte se dio en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando España estaba haciendo reformas borbónicas. Es una inmigración que llega al Río de la Plata de regiones septentrionales como Galicia, Cataluña y Países Vascos. Es gente que busca enriquecerse: son agricultores y comerciantes que, en una estrategia de ascenso, destinan algún hijo a los territorios coloniales que están prosperando, como Buenos Aires y Montevideo.
El segundo se da a fines del XIX y comienzos del XX, porque España comienza a expropiarles tierras a los campesinos y esa decisión provoca la inmigración. Los que vienen son campesinos que se manifiestan como obreros. Hasta 1905, la Argentina les da esperanza de eludir esa condición, pero finalmente se convierten en clase obrera.
Y la tercera se da durante la guerra civil que dio origen al franquismo, entre 1936 y 1939. Si bien hay muchos que emigran como consecuencia de la pobreza que genera la guerra, la causa es sobre todo política: huyen de las persecuciones y las devastaciones. En algunos casos son obreros y en otros, profesionales.
El período actual tiene elementos de la segunda oleada, porque España está viviendo un proceso de crisis y ajustes. Gente que ve recortada su condición de vida y viene porque decide tratar de salvar lo que ha conquistado, mantener el ahorro que le queda. En términos absolutos, un obrero en España cobra más que uno en la Argentina, pero con esos recursos en España no pueden hacer nada y en la Argentina sí, porque el valor es otro. El costo de vida es menor.
(Testimonio recogido telefónicamente)
Ir al artículo original