Muertos por la patria
¿Fue Roca un patriota? Quienes lo defienden, como La Nación, pretenden negar la masacre que representó la campaña de 1879 y las barbaridades documentadas en los partes de guerra. Quienes lo demonizan, asumen estos hechos, pero le quitan vínculos con los intereses nacionales. Ambos reivindican el nacionalismo: si es patriota, no puede ser genocida; si lo es, no es patriota. Los intereses sociales quedan, así, relegados.
La Campaña al Desierto fue motorizada por la burguesía argentina y determinó dos procesos. El primero, la proletarización masiva y forzosa de población que vivía en sociedades sin grandes diferenciaciones de clase. El segundo, la expropiación de tierras, que permitió ampliar la escala productiva de la agricultura pampeana. Estamos ante el punto final del proceso de acumulación originaria (comenzado en 1810) que permite el desarrollo capitalista. Ese fue el sentido de la masacre: matar y amedrentar a quienes se resistían.
Por lo tanto, la riqueza agraria, acumulada por una clase particular, no es producto exclusivo de las bondades del suelo pampeano. Las praderas del oriente europeo eran similares o mejores, pero con unidades más pequeñas. La burguesía consiguió esa ventaja expulsando a una población (tribus) que Europa no podía exterminar (campesinos). Esa masa de riqueza permitió la construcción material del Estado Nación.
En definitiva, la Campaña al Desierto fue una intervención que favoreció la creación de la Argentina. Claro, de una Argentina capitalista, que no es de todos ni para todos. En ese sentido, Roca fue un digno representante de la clase explotadora. Y un patriota, lo que para los socialistas no es ningún elogio.
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