Menos cartoneros porque cae el precio de lo reciclable
Cartón y plástico valen hasta 10 veces menos que en 2003
Por Silvia Gómez (Clarín)
Los cartoneros, con su trabajo manual, forman parte del andamiaje que apuntala la industria del reciclado de cartones, vidrios y plásticos. La mayoría, organizados en algunas pocas cooperativas, son proveedores de una gran diversidad de empresas que necesitan los materiales que ellos recogen de las calles. Pero, como otras actividades, también se ha visto modificada y afectada por la crisis. Un solo dato refleja el estado de situación: en 2003 el kilo de cartón se pagaba $ 3 y en estos días, entre 20 y 30 centavos. Incluso a fines del año pasado llegó a pagarse 7 centavos. Mientras que el plástico llegó a cotizar $ 2 el kilo y ahora no se paga por este material más que 70 centavos.
Esta alteración económica en el mercado de la compra-venta los ha ido expulsando de las calles. Aquella legión de cartoneros que llegaba a la Ciudad desde el Conurbano -a fines de 2001 y durante los años siguientes- se ha ido reduciendo poco a poco.
Para los cartoneros la cuenta es sencilla: «No nos alcanzan las 24 horas del día para redondear un ingreso más o menos digno», sintetiza Marcelo Loto, de Reciclando Sueños, una cooperativa que recientemente abandonó las recorridas por la Ciudad. Ahora trabajan en La Matanza y están desarrollando un proyecto que presentarán en el municipio para promover el reciclado y colaborar con la recolección diferenciada, algo que ya pusieron en práctica en la zona comercial de San Justo.
El CEICS, el Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias Sociales, desarrolló un informe en el que aborda la temática cartonera y analiza, entre otros ejes, la función productiva de la actividad y también las estadísticas: «La ausencia de censos y la informalidad de la actividad hacen que las cifras sean engañosas y menores a las reales. En 2003 se habían empadronado 8.153 cartoneros en el Registro Unico de Recuperadores. Y en 2008 unos 5.280 estaban catalogados como ‘vigentes’, que son los que han renovado su credencial», explica el informe.
Otra desventaja, que resta en la rentabilidad del mercado cartonero, son los viajes y los traslados; se estima que el 70% reside en el conurbano bonaerense. Nicolás Vilanova, al frente del Taller de Estudios Sociales del CEICS, le explicó a Clarín que casi el 70% de los cartoneros trabaja durante más de 5 horas al día: «Este dato sólo comprende las horas que los cartoneros caminan por la calle y, estrictamente, recolectan. Pero a estas horas hay que sumarle las horas de viaje, la preparación de la carga, la clasificación y el acopio en sus casas. El resultado es una carga horaria aún mayor», detalla. Lo que termina por conformar larguísimas jornadas de trabajo.
Ciertas políticas públicas también son apuntadas por los cartoneros como parte de la problemática. Por ejemplo el incumplimiento de la ambiciosa Ley Basura Cero, que obliga a la Ciudad a cumplir con un cronograma de reducción progresiva de la basura que se genera, unas 5.000 toneladas diarias. Hoy el programa de Recuperadores Urbanos de la Ciudad (ver Con guantes…) alcanza a procesar unas 4.482 toneladas de reciclables por mes, unas 150 por día.
La tendencia también tiene relación con la política del Gobierno porteño de desalojar los asentamientos en la Ciudad, incluso los muy pequeños, cuyos ocupantes se reubican en el conurbano.
En la localidad de Nordelta, en Tigre, se implementó una experiencia de recolección diferenciada -basura orgánica por un lado y reciclable por el otro- que ya dio sus frutos: redujo el 60% de la cantidad de residuos que envían a los rellenos sanitarios de la zona. Para llevar a cabo la experiencia contrataron a una cooperativa fundada por cartoneros, Creando Conciencia: «Empezamos trabajando en Nordelta y ahora tenemos otros tres barrios privados. Somos 35 compañeros y tenemos 3 camiones con los que hacemos los recorridos. La caída en el precio del cartón nos afectó muchísimo, pero sobrevivimos gracias al valor agregado de nuestro trabajo. Conocemos a muchos que dejaron de juntar cartones para juntar comida», sintetizó Walter Lizarazu, al frente de la cooperativa.