Montoneros y las contradicciones del programa de liberación nacional (1970-1976) – Julieta Pacheco
El objetivo de la investigación sobre Montoneros es indagar una de las causas de la derrota de la fuerza social revolucionaria que se constituyó en el marco de la crisis de hegemonía abierta en 1969, a partir del análisis de la intervención política de Montoneros. Consideramos que esta organización integró dicha fuerza portando un programa reformista y que su intervención limitó el desarrollo político independiente de los trabajadores y de las masas en la Argentina en la etapa, imposibilitando la superación del estado embrionario en el que se encontraba la fuerza social. En consecuencia, en nuestra tesis sostenemos que Montoneros mantuvo a lo largo de toda su historia un programa reformista centrado en el objetivo de la liberación nacional. Para dar cuenta de esto, reconstruimos su programa a partir del análisis de la totalidad de sus documentos internos y de su prensa partidaria. Este material lo contrastamos con el desarrollo práctico de la organización, a partir de la reconstrucción completa de sus acciones armadas como de su actividad sindical. Esto nos permitió llegar a la conclusión, de que, por un lado, la organización dio prioridad al desarrollo de los frentes de masas por sobre el frente militar y, segundo, Montoneros llevó adelante acciones armadas con un propósito democrático y no con el objetivo de la toma del poder.
La izquierda insurreccionalista en la Argentina (1969-1976) – Guido Lissandrello
Dando por sentado que el accionar armado (en sus diversas variantes) fue la forma de lucha predominante de la izquierda en la etapa, se supone que la estrategia insurreccionalista no tuvo influencia significativa, hipótesis que no ha sido probada científicamente. Esto ha llevado a relegar (minusvalorar, ocultar y/o desconocer), el papel y la influencia de las organizaciones de izquierda marxista que promovieron dicha estrategia (PRT-LV, PO, PCR, PST). Nos proponemos entonces, reconstruir la influencia real de dicha estrategia en la etapa y el lugar que ocupó su desarrollo en los programas de las organizaciones que la promovieron.
Concluidas
Las FAL y la construcción del partido revolucionario en los años ’70 – Stella Grenat
La estrategia del frente FAL se caracterizó por privilegiar el uso de un método, la lucha armada, por sobre la definición de un programa político. Este rasgo contribuyó a la constitución de un frente militar y entorpeció la construcción de una organización partidaria soldada con firmeza en torno a un programa político con vistas a nuclear a grandes masas. La llegada al gobierno de Lanusse y la profundización de una estrategia que habría la posibilidad de una salida electoral a la crisis, instalan la necesidad de clarificar y definir posiciones políticas. Pero FAL, que se había concentrado en forma excluyente en el desarrollo de acciones armadas, carecía de definiciones políticas sólidas para responder a esta nueva coyuntura. En consecuencia, se desarticula. En un contexto en el cual se desata una intensa lucha política por la conducción de un proceso complejo que afectó la raíz del sistema social, el frente FAL fue incapaz de construir y proponer una sólida alternativa política para la clase obrera. Lejos de potenciar una mayor organización de las masas, FAL es el ejemplo extremo del abandono de la tarea de dirección política. No es extraño, entonces, que la mayoría de los agrupamientos de FAL se diluyeran, tarde o temprano, en las dos organizaciones que fueron más lejos en la resolución del problema del partido, el PRT y Montoneros.
La magnitud de éste déficit debe medirse en el marco de la crisis orgánica abierta con los acontecimientos de 1969, cuya resolución a favor de los intereses de las amplias masas movilizadas requería un elevado nivel de organización popular. La dificultad demostrada por FAL para disputar la conducción estratégica del proceso y de las masas a la burguesía expresa parte de los límites subjetivos de la fuerza social que con su accionar cuestionó la dirección del Estado. Asimismo, este caso resulta en una contribución (de las tantas necesarias) para explicar por qué a pesar de la potencia surgida de los hechos insurreccionales del periodo, las organizaciones de izquierda que nacieron o se consolidaron en esa etapa no lograron hegemonizar a la gran mayoría de la clase obrera, que permaneció fiel a una estrategia reformista.
Nacional y popular. El MALENA y la construcción del programa de liberación nacional (1955-1969) – Julieta Pacheco
El Movimiento de Liberación Nacional ejemplifica muy bien la trayectoria general de la pequeña burguesía en su proceso de radicalización: nace con una debilidad subjetiva profunda que se manifiesta en su claudicación frente al peronismo y al guevarismo. Esa debilidad tiene su origen en la crisis de la izquierda tradicional (PC-PS) y en la relativa pasividad de la clase obrera durante buena parte de los ’60, mientras asciende la estrella de la Revolución Cubana. Si bien no puede acusarse al Malena de “seguidismo” y de “entrismo”, su “paralelismo” iba de la mano con una escasa inserción en la clase obrera, causa y consecuencia, al mismo tiempo, de esa debilidad teórica. Un paralelismo que no disputa la dirección real de la lucha tiene las mismas consecuencias que el “seguidismo” y el “entrismo”: no desarrolla una política de independencia real de la clase obrera con relación a la burguesía y termina cayendo en la misma situación que las organizaciones entristas y/o seguidistas. Esta reflexión es también válida para la situación del Malena frente al guevarismo, en la medida en que se sostiene teóricamente una posición (la lucha armada) que no se practica.
No obstante, la caída del MLN tiene raíces más profundas todavía. Puede rastrearse en su programa mismo, articulado en torno a la reivindicación del nacionalismo y del peronismo como su expresión máxima. En efecto, aunque se distinguiera teóricamente entre nacionalismo burgués y nacionalismo revolucionario, aunque se criticaran los límites de la dirección peronista incluso como nacionalismo burgués, el Malena servirá de canal, de puente, al tránsito de la pequeña burguesía gorila hacia el nacionalismo pequeño burgués filo-peronista, es decir, al programa “nacional y popular” cuyas confusiones hicieron estragos en organizaciones como Montoneros. Precisamente, la lucidez de la fracción Viñas consistió en dar por terminada la experiencia Malena cuando se arriba a la conclusión de que el punto de partida que había guiado a la organización durante toda su vida era erróneo.